La oración no es magia

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“Jesús nos da un consejo en la oración: ‘No malgasten palabras, no creen ruido’”, el ruido de lo mundano, de la vanidad. La oración no es algo mágico. Cuando una va al curandero, le dice un montón de palabras para sanarlo. Aquello es pagano. Jesús nos enseña: No debemos ir con tantas palabras porque Él sabe todo. La primera palabra es Padre, ésta es la clave de la oración. Sin decir esa palabra no se puede orar. ¿A quién debo orar? ¿Al Dios Todopoderoso? Demasiado lejos. ¡Debes rezarle al Padre! Es una palabra fuerte: Padre. Debes orar a quien te engendró. No a todos: a todos es demasiado anónimo. A ti, a mí. Y también orar a aquél que te acompaña en tu camino: que conoce tu vida. Todo: lo que es bueno y lo que no es tan bueno”.

20 Junio de 2013, homilía en Santa Marta.