La petición de la misericordia de Dios brota de un corazón que sabe que esa imperfección humana no es una condición fatal de la que somos tristes víctimas, sino el fruto amargo de la decisión humana de decir “NO” al amor.
La petición de la misericordia de Dios brota de un corazón que sabe que esa imperfección humana no es una condición fatal de la que somos tristes víctimas, sino el fruto amargo de la decisión humana de decir “NO” al amor.