La fe mira hacia la caridad

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El Espíritu Santo nos conduce según nuestro modo de ser; somos inteligencia y voluntad, pero no amamos sino el bien que conocemos; no nos inclinamos sino hacia el bien reconocido como tal por nuestro entendimiento. Debemos, pues, para unirnos plenamente a Dios -¿no es éste el mejor fruto de la oración?-, conocer a Dios tan perfectamente como nos sea posible. Por esta razón, dice Santo Tomás: «cuanto ilustra la fe, está ordenado a la caridad» (In Epist. I. S. Pauli ad Timoth., cap.I, lect.2ª).(La oración por Columba Marmión)