Inefable amor que nos tenía

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Ahora comienzo a hablar de tres cosas que debemos ver, es decir, de la doble dimensión que tiene Dios- hombre y cómo el alma entra a ver los dos aspectos. Uno es aquel inefable amor que nos tenía; cómo se nos entrega por completo y con amor entrañable para siempre. El otro aspecto es ver el inefable dolor que por nosotros sentía en el retorno, es decir, cuando iba a ausentarse de nosotros por muerte tan, dolorosa, y cómo debía pasar por aquellos sufrimientos inefablemente agudos, hasta quedar abandonado. Me parece que deben ahondar en esta verdad los que quieren celebrar y recibir este sacrificio.