Entre los medios que mantienen vivo el espíritu de oración están esos brevísimos flechazos al Cielo, la jaculatoria, que nada en el mundo puede detener, porque son inspiraciones del alma, latidos del corazón.
Entre los medios que mantienen vivo el espíritu de oración están esos brevísimos flechazos al Cielo, la jaculatoria, que nada en el mundo puede detener, porque son inspiraciones del alma, latidos del corazón.