¿Qué has hecho? ¿Qué determinaste en tu sabiduría eterna e incomprensible de modo que cumpliendo tu decisión a la vez fuese obra de misericordia y de modo tan perfecto cumplieras con tu justicia? (Tt 3, 5) ¿Cuál es el remedio que nos has dado? Este es el remedio oportuno: has dispuesto darnos a tu Palabra unigénita para que tomando ella la masa de nuestra humanidad, que te había ofendido, sufriendo después ella misma, diera así satisfacción a tu justicia no por la fuerza de la humanidad sino de la divinidad unida a la misma humanidad. De este modo satisface a la justicia el mismo hombre que había pecado y tu designio se cumple cuando por tu misericordia das al hombre tu Unigénito para que así el hombre pueda librarse de la culpa satisfaciendo por la fuerza de su divinidad.
De las oraciones de Santa Catalina de Siena