Nuestro Señor nos ama a cada uno de nosotros como si fuéramos los únicos para su Corazón. Medimos el Corazón divino con las medidas estrechísimas de nuestro pobre corazón.
Nuestro Señor nos ama a cada uno de nosotros como si fuéramos los únicos para su Corazón. Medimos el Corazón divino con las medidas estrechísimas de nuestro pobre corazón.