El misterio de Dios

1951

Hablamos de Dios. ¿Por qué te admiras de que no le comprendes? Porque si lo comprendes, ya no es Dios. Vale más la piadosa confesión de la ignorancia que la temeraria presunción de la ciencia. Alcanzar apenas a Dios con la mente, ya es una felicidad. Pero comprenderlo es totalmente imposible.