La naturaleza humana no es malvada. No todo placer es malo, no todos los deseos espontáneos son egoístas. El hombre es un ser de carne y espíritu, sujeto al error y a la malicia pero con la inclinación a buscar la verdad y el bien.
La naturaleza humana no es malvada. No todo placer es malo, no todos los deseos espontáneos son egoístas. El hombre es un ser de carne y espíritu, sujeto al error y a la malicia pero con la inclinación a buscar la verdad y el bien.