No debemos escoger entre la obediencia y el abandono, ambos deben ir de acuerdo y en unión estrechísima. La obediencia se refiere a la virtud cardinal de la justicia, en tanto que el abandono entronca en la virtud teologal de la caridad.
No debemos escoger entre la obediencia y el abandono, ambos deben ir de acuerdo y en unión estrechísima. La obediencia se refiere a la virtud cardinal de la justicia, en tanto que el abandono entronca en la virtud teologal de la caridad.