La Eucaristía tiene poder de curación, la fuerza de expulsar no sólo la muerte, sino también nuestras debilidades. Estimula la piedad hacia Dios, mortifica las tentaciones.
La Eucaristía tiene poder de curación, la fuerza de expulsar no sólo la muerte, sino también nuestras debilidades. Estimula la piedad hacia Dios, mortifica las tentaciones.