Cristo en su pasión labró un freno para frenar al diablo

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Cristo, en su pasión, con los clavos y con la rienda de su humanidad labró un freno, para domar y frenar al diablo, para que no corriera a su gusto, sino que, más bien, regresara por el camino por el cual había venido. Debió regresar; y lo que pérfidamente había arrebatado, lo perdió por medio de María, Cristo y el madero de la cruz.