Búsqueda de verdaderos devotos de la Virgen

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¡Oh! ¡Qué bien pagado quedaría mi esfuerzo, si este humilde escrito cae en manos de una persona bien dispuesta, nacida de Dios y de María y «no de la sangre ni de la carne ni de la voluntad de varón», le descubre e inspira, por gracia del Espíritu Santo, la excelencia y precio de la verdadera sólida devoción a la Santísima Virgen, que ahora voy a exponerte! Si supiera que mi sangre pecadora serviría para hacer penetrar en tu corazón, lector amigo, las verdades que escribo en honor de mi amada Madre y soberana Señora, de quien soy el último de los hijos y esclavos, con mi sangre en vez de tinta trazaría estas líneas. Pues ¡abrigo la esperanza de hallar personas generosas, que por su fidelidad a la práctica que voy a enseñarte, resarcirán a mi amada Madre y Señora por los daños que ha sufrido a causa de mi ingratitud e infidelidad!

Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, Capítulo V