El atractivo de la oración continua

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—Da gracias a Dios, hermano muy amado, por haberte Él revelado esa invencible atracción que existe en ti hacia la oración interior continua. Reconoce en eso el llamamiento de Dios y tranquilízate pensando que así ha sido debidamente probado el acuerdo de tu voluntad con la palabra divina; te ha sido dado comprender que no es ni la sabiduría de este mundo ni un vano deseo de conocimiento lo que conduce a la luz celestial —la continua oración interior—, sino al contrario, la pobreza de espíritu y la experiencia activa en la simplicidad del corazón. Por eso no es de maravillar que no hayas oído ninguna cosa profunda acerca del acto de orar y que nada hayas podido aprender acerca del modo de llegar a esta perpetua actividad. (Relatos del Peregrino Ruso)