¿Cómo se desarrollan en nosotros los Dones del Espíritu Santo? ¿Qué podemos y debemos hacer para que estos instrumentos preciosos, finísimos, divinos, que emplea el Espíritu Santo para nuestra santificación, alcancen en nosotros su completo desarrollo? Tres cosas: la primera es acrecentar en nuestros corazones la caridad, porque la raíz de los Dones es la caridad. Porque amamos, por eso podemos recibir las santas inspiraciones del Espíritu Santo; hasta en el amor humano, ¿no hay como un vislumbre de ese privilegio prodigioso que tiene el amor divino de unirnos con el Espíritu Santo y de escuchar sus santas inspiraciones? Cuando se ama, aun con el amor terreno, se tienen intuiciones para descubrir los pensamientos y los deseos de la persona amada que no pueden suplir con ninguna ciencia. (El Espíritu Santo)