Cristo quiere conducirnos al lugar al que pertenecemos. Pero su llamada a vivir una vida espiritual se puede escuchar sólo cuando estamos dispuestos a confesar nuestro estado de carencia de hogar.
Cristo quiere conducirnos al lugar al que pertenecemos. Pero su llamada a vivir una vida espiritual se puede escuchar sólo cuando estamos dispuestos a confesar nuestro estado de carencia de hogar.