«A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos». Estas palabras deben inspirarte una gran reverencia, deben infundirte una gran devoción y conferirte una gran confianza. Reverencia por la misma presencia de los ángeles, emoción por su benevolencia, confianza por su custodia. Porque ellos están presentes junto a ti, y lo están para tu bien. Están presentes para protegerte, lo están en beneficio tuyo. Y, aunque lo están porque Dios les ha dado este mandato, no por ello debemos dejar de estarles agradecidos, pues cumplen con tanto amor esta orden y nos ayudan en nuestras necesidades, que son tan grandes.
Sermón 12, sobre el salmo Qui habitat.