¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!

1939
oracion de suplica

“Y llegan a Jericó. Y al salir él con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le contestó: «Rabbuni, que recobre la vista». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha salvado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino” (Mc 10, 46-52).

CONSIDERACIÓN

Observa la descripción que el evangelista hace del ciego: está fuera de la ciudad, es un mendigo, hijo de un hombre de mala fama (Bartimeo), sentado, al borde del camino, pidiendo limosna. Con esos detalles se quiere señalar a una persona marginal, destruida, pobre, sin remedio, que padece enfermedad crónica…

Por ese escenario pasa Jesús y el ciego grita la súplica desgarrada: “¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!” El grito que llegó a los oídos del Señor, quien mandó llamarlo. Y rostro a rostro, el Maestro le pregunta: “¿Qué quieres que haga por ti?” Lógicamente, el ciego pide ver. Pero lo que adquiere no es solo la vista material, sino la fe y la adhesión total a la persona de Jesús.

Cuando se ve con los ojos de la fe, se es capaz de dar el salto, abandonar la postración, y convertirse en seguidor y discípulo de Aquel que va a entregarse por amor para redimir a toda la humanidad. Si el punto de partida era el icono de una persona deshecha, el relato culmina con la figura de quien camina detrás de Jesús.

PROPUESTA

¿Te sientes incurable? ¿Te abandonas a tu suerte? ¿Suplicas al Señor en tu dificultad?


Agradecemos esta aportación a Don Ángel Moreno de Buenafuente (consulta aquí su página web) El contenido de este artículo puede ser reproducido total o parcialmente en internet y redes sociales, siempre y cuando se cite su autor y fuente original: www.la-oracion.com y no se haga con fines de lucro.