¿Cómo rezar el día de tu aniversario de matrimonio?

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¿Cómo rezar el día de tu aniversario de matrimonio?

Los aniversarios se celebran y creo que a Dios Padre le gusta estar en la fiesta. A mí en lo personal, los aniversarios me sirven para valorar, evaluar y dar gracias.

¿Cómo rezar ese día?

Unos amigos acaban de festejar su aniversario de bodas; compartieron conmigo cómo rezaron ese día y ahora yo lo comparto con ustedes.

Lectura

Del libro del Génesis, 2, 18-24

Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada». Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera. El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada.

Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada». Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.

Meditación

Para valorar y hacer un balance de lo que ha sido tu vida matrimonial, pueden servirte estos pensamientos del Papa Benedicto XVI del 5 de mayo de 2010 y del 24 de julio de 2012:

– Los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios, son creados para el amor, y ciertamente en lo profundo de nuestro ser deseamos amar y ser amados a nuestra vez. Sólo el amor de Dios puede satisfacer plenamente nuestras necesidades más profundas y, más aún, a través del amor entre marido y mujer, del amor entre padres e hijos, el amor entre hermanos, se nos ofrece una anticipación del amor sin barreras que nos espera en la vida que vendrá.

– Como todo objetivo que vale verdaderamente la pena perseguir, el matrimonio comporta exigencias, nos desafía, nos pide estar dispuestos a sacrificar nuestros intereses por el bien del otro. Nos pide ejercer la tolerancia y ofrecer el perdón. Nos invita a nutrir y a proteger el don de la nueva vida.

– El matrimonio es verdaderamente un instrumento de salvación, no sólo para las personas casadas, sino para toda la sociedad.

– Vuestro mensaje al mundo es verdaderamente un mensaje de alegría, porque el don que nos ha hecho Dios del matrimonio y de la vida familiar nos permite experimentar un poco del amor infinito que une a las tres personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

– Los matrimonios son el rostro sonriente de la Iglesia, el mejor mensajero del amor alimentado en la fe, don de Dios ofrecido por todos para descubrir el sentido de la vida.

– Un hombre y una mujer que se aman, la sonrisa de un niño, o la paz de un hogar son el reflejo de otro amor, aquel infinito de Dios.

– Es importante cultivar el diálogo entre los cónyuges, para que los esposos se encuentren con total sinceridad y analicen y escuchen los problemas más importantes de la vida en pareja.

Memoria

Recordar el día de la boda y hacer memoria de los dones recibidos en y durante la vida matrimonial, de los momentos felices y también de los oscuros y difíciles. Los colores alegres, los blancos y también los negros forman parte de una bella pintura. Recordar y valorar todo lo que has disfrutado y también los sufrimientos que te han ayudado a madurar.

Oración de gratitud y alabanza

Dar gracias a Dios y alabarlo por su bondad, por haberte dado ese regalo en tu cónyuge, ese acompañante de vida para ayudarse mutuamente a llegar al cielo junto con sus hijos.

Se puede utilizar el Salmo 115: ¿Cómo te pagaré, oh Señor, todo el bien que me has hecho?»

Contemplación

Gustar en la presencia de Dios todos estos recuerdos a la luz del pasaje del Génesis y de los pensamientos del Papa. Tanto mejor si esta oración la hacen los dos juntos ante Cristo Eucaristía en su capilla preferida, tal vez en la Iglesia donde celebraron su boda.

Oración de súplica y propósito

Pedir ayuda a Dios para que siempre triunfe el amor en los años que quedan por delante y renovar las promesas hechas el día de la boda, inspirados por estos pasajes de San Pablo que pueden leer los dos juntos. Son dos textos centrados en el amor y el perdón, ingredientes con que se amasa la vida matrimonial destinada a perdurar.

Carta de San Pablo a los Colosenses 3, 12-21:

«Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos».

Himno al amor. Carta de San Pablo a los Corintios 13, 1-13

Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada

Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá.

Se puede concluir con «La mejor oración de un esposo por su esposa y viceversa»

 «Señor, te lo suplico, concede a mi esposo(a) N, la gracia de hacer la experiencia de tu amor, y que al final de su vida alcance la salvación eterna. María, pongo esta intención en tus manos.»

Termino con el testimonio de una amiga que hizo así la oración con su marido en su aniversario de bodas:

«Esta oración de hoy, me ayudó mucho más que sólo cuando agradezco; creo que al poder valorar mejor el don del matrimonio, de lo que es y debe ser mi marido para mí, mi visión cambió, ya que no sólo me sentí feliz y agradecida, sino que pude reflexionar y analizar cómo estoy viviendo mi vocación al matrimonio, lo afortunada que soy al haber sido elegida para vivirlo como vocación y tratar de ser agradecida con Dios y con mi pareja por todo lo recibido. Al mismo tiempo he podido evaluar cómo lo estaba viviendo, qué cambiar, qué mejorar, qué eliminar… En fin, me sirvió mucho; saqué puntos importantes para trabajar en mí a favor de mi matrimonio. También me sirvió para ver cómo pasa el tiempo… cómo se crece y se retrocede, pues con mi esposo analizamos muchos momentos de nuestra vida juntos y es maravilloso ver cómo se crece, se madura y se ven las cosas de otro modo al pasar el tiempo. 21 años se dicen rápido, pero ya son más de la mitad de mi vida… De hecho no recuerdo la vida sin él. Me preguntaba ¿qué cambiaría? Y realmente no cambiaría nada. Como en todos los momentos buenos uno ya no se acuerda de lo malo… No nos acordamos de nada pero nos pedimos perdón por lo que nos hayamos lastimado y dimos gracias por los momentos hermosos que hemos pasado, que han sido muchísimos. En fin, el amor se renueva cada día.»


Autor, P. Evaristo Sada L.C.(Síguelo en Facebook)

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