Para mejor entender la excelencia de nuestras oraciones ante el divino acatamiento bastará leer en las Sagradas Escrituras las promesas que ha hecho el Señor al alma que reza, y eso lo mismo en el antiguo que en el nuevo Testamento. Recordemos algunos textos nada más: Invócame en el día de la tribulación … Llámame y yo te libraré… Llámame y yo te oiré … Pedid y se os dará… Buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá.. Cosas buenas dará mi Padre que está en los cielos a aquel que se las pida… Todo aquel que pide, recibe… Lo que queráis, pedidlo, y se os dará. Todo cuanto pidieren, lo hará mi Padre por ellos. Todo cuanto pidáis en la oración, creed que lo recibiréis y se hará sin falta. Si alguno pidiereis en mi nombre, os lo concederá,(El gran medio de la oración – San Alfonso Maria de Ligorio)