Señor, Padre nuestro, tú sabes con cuánta alegría hemos sabido que una nueva vida ha surgido entre nosotros. Te damos gracias por este don maravilloso con el que nos has hecho partícipes de tu divina paternidad. Tú sabes la trepidación que se vive en la espera. Te lo pedimos, Señor: vigila y protege esta pequeña y delicada vida, este cuerpo y esta alma llenos aún de misterio, para que llegue sana a la luz del mundo y a la nueva vida del Bautismo. Madre de Dios, a tu corazón de madre confiamos ya desde ahora este hijo. Amén.