La Palabra de Dios nos da vida

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III Domingo del Tiempo Ordinario, “C”

(Neh 8, 2-4a.5-6.8-10; Sal 18; 1Co 12, 12-30; Lc 1, 1-4; 4, 14-21)

“Todo el pueblo escuchaba con atención la lectura del libro de la ley. El escriba Esdras se puso en pie sobre una tribuna de madera levantada para la ocasión” (Neh 8, 3-4).

“Jesús fue a Nazaret, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor» Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él. Y él comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír» (Lc 4, 16-20).

Comentario

Para comprender el sentido de las Sagradas Escrituras, los diferentes movimientos, gestos o actitudes de los protagonistas de los distintos relatos se deben interpretar en clave teológica, y no solo en sentido literal. No da igual que el texto diga que Jesús está de pie, que sentado; que se pone en camino, o que entra en casa.

En los pasajes de este domingo se resalta la postura de leer el texto sagrado de pie, como señal de respeto, pero a su vez quien se acerca a las Sagradas Escrituras tiene la posibilidad de levantarse, de recibir el estímulo para no permanecer en la inercia, en actitud pasiva o escéptica.

En diferentes escenas del Evangelio, Jesús se dirige a algún enfermo y le invita a levantarse, y con ello le está rehabilitando. La Palabra de Dios nos da vida, nos fortalece, y concede fuerza para seguir el camino del Evangelio.

Hoy, con la mayor autoridad, el Nazareno se sienta delante de la asamblea de la sinagoga y pronuncia un discurso programático y su propia presentación. Cada uno puede escucharlo como dirigido a él personalmente, y sentir que también se cumple para nosotros la Palabra porque se nos ofrece la gracia de la misericordia.

Propuesta
Escucha o lee las Escrituras, aplícalas a tu vida, y caminarás erguido.

 


Agradecemos esta aportación a Don Ángel Moreno de Buenafuente (consulta aquí su página web)

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