Cómo dominar las distracciones

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Te hablare también un poco sobre dos técnicas para dominar las distracciones. Pruébalas y mejóralas si puedes. Cuando te sientas molestado por pensamientos impertinentes, trata de no enterarte de su presencia ni de cómo se han colado entre ti y tu Dios. Mira más allá de ellos -por encima de sus hombros, como si dijéramos- como si estuvieras contemplando algo distinto, como así es en verdad. Pues más allá de ellos está oculto Dios en la oscura nube del no-saber. Haz esto y estate seguro de que pronto te sentirás aliviado de la angustia que te producen. Te puedo garantizar la ortodoxia de esta técnica, porque en realidad significa un anhelo hacia Dios, un ansia de verlo y gustarlo en cuanto es posible en esta vida. Y un deseo como este ya es amor, que siempre trae paz. Existe otra estrategia que deberías intentar también. Cuando te sientas totalmente exhausto de luchar contra tus pensamientos, dite a ti mismo: «Es inútil luchar más con ellos», y después ríndete a sus pies como un cobarde o cautivo. Pues, al hacer esto, te encomiendas a Dios en medio de tus enemigos y admites la radical impotencia de tu naturaleza. Te aconsejo que recuerdes esta estratagema particular, pues al emplearla te haces completamente dócil en las manos de Dios. Y ciertamente, cuando esta actitud es autentica, equivale a un autoconocimiento, ya que te ves a ti mismo como realmente eres, una miserable y corrompida criatura, menos que nada sin Dios. (La Nube del No Saber – Anónimo ingles del siglo XIV)