La acción de Dios en el alma

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Mantente, pues, fiel a esta obra. Quiero ver cómo progresas. ¿No ves cómo te ayuda pacientemente el Señor? ¡Ruborízate de vergüenza! Aguanta la opresión de la disciplina durante un tiempo y pronto remitirían la dificultad y el peso. Al comienzo te sentirás probado y oprimido, pero es porque todavía no has experimentado el gozo interior de esta obra. A medida que pase el tiempo, sin embargo, sentirías por ella un gozoso entusiasmo y entonces te parecerá ligera y fácil. Entonces te sentirás poco o nada constreñido, pues Dios trabajará a veces en tu espíritu por sí mismo. Pero no siempre y por mucho tiempo sino según le parezca a El mejor. Cuando haga que tu goces y seas feliz, déjale que obre como quiera. Entonces quizá pueda tocarte con un rayo de su divina luz que atravesara la nube del no-saber que está entre él y ti. Te permitirá vislumbrar algo de los secretos inefables de su divina sabiduría y tu afecto parecerá arder con su amor. No sé decir más, ya que la experiencia va mucho más allá de las palabras. Aun cuando quisiera decir mías, no podría hacerlo ahora. Pues temo no poder describir la gracia de Dios con mi torpe y desmañada lengua. En una palabra, aun en el caso de intentarlo, no lo conseguiría. Pero cuando la gracia surge en el espíritu de un hombre, este ha de poner su parte para responder a ella, (La Nube del No Saber – Anónimo ingles del siglo XIV)