Que hay un acercamiento a la Escritura, típicamente contemplativo, lo señalo ya el Vaticano II al escribir: «Pues hay un crecimiento en la comprensión de las realidades que acabamos de exponer. Tal acontece en la contemplación y el estudio de aquellos creyentes que atesoran estas cosas en sus corazones a través de una ‘íntima comprensión de las cosas espirituales que experimentan»(Documento sobre la Divina Revelación, 2, 8). El crecimiento en la comprensión viene de los místicos que, por así decirlo, viven las Escrituras desde dentro. Cierto que, como dice san Pablo, nadie puede entender el espíritu del hombre si no es su propio espíritu. Pero qué verdad es que nadie puede comprender las Escrituras (por mucha exegesis que haga) excepto el que posee el Espíritu que las compuso. El acercamiento contemplativo a la Escritura completa a la exegética y esto, según creo, poniéndose cada vez más de actualidad. (La Nube del No Saber – Anonimo ingles del siglo XIV)