Pensamientos durante los Ejercicios (5o día)
No contento con haberse ofrecido para nuestro rescate, el Hijo de Dios quiso llevarlo a cabo, no viniendo a este mundo, como hubiera podido hacerlo, de una manera más en consonancia con su grandeza, sino de la forma más humillante que imaginarse pudiera, para que así, ¡oh alma mía! tuviéramos más libertad para acercarnos a El; lo que debemos hacer con tanto mayor respeto cuanto más grande es la humildad con que se nos presenta, humildad que ha de servirnos para que lleguemos a reconocer cómo se da en Dios tal virtud, ya que todas las acciones que el produce fuera de El están muy por debajo de El.