Como el Padre me envió…

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Y les dijo: la paz sea con vosotros. Como el Padre me envió así os envío Yo (Jn 20, 21); esto es: así como mi Padre, Dios, me envió a mí, Yo también, Dios-Hombre, os envío a vosotros, hombres. El Padre envió al Hijo cuando, por determinación suya, debía encarnarse para la redención del género humano. Dios quiso que su Hijo viniera a este mundo a padecer, pero no dejó por eso de amarle en todo momento. El Señor también envió a los Apóstoles que había elegido, no para que gozasen de este mundo, sino para padecer. Del mismo modo que el Hijo fue amado del Padre, y no obstante lo envía al Calvario, así también el Señor amó a los discípulos, y sin embargo los envía a padecer: así como me envió el Padre, también os envío a vosotros, es decir: cuando Yo os mando ir entre las asechanzas de los perseguidores, os amo con el mismo amor con que el Padre me ama al hacerme venir a sufrir tormentos.

Homilías sobre los evangelios, 26