Un aspecto principal sobre todos los otros: «tradidit semetipsum»: se entregó a sí mismo por mí; su muerte fue sacrificio, murió por los otros, murió por nosotros. La soledad de la muerte estuvo llena de nuestra presencia, estuvo penetrada de amor: «dilexit Ecclesiam»: amó a la Iglesia (recordar le mystère de Jèsus de Pascal). Su muerte fue revelación de su amor por los suyos; «in finem dilexit»: amó hasta el fin. Y al término de la vida temporal dio ejemplo impresionante del amor humilde e ilimitado (cf. el lavatorio de los pies) y de su amor hizo término de comparación y precepto final. Es preciso recordarlo.
Meditación sobre la muerte