Además pudo evitárselos (los sufrimentos en la cruz), y no los evitó: «¿Piensas que no puedo rogar a mi Padre, quien pondría a mi disposición inmediatamente más de doce legiones de ángeles?» (Mt 26,53).
Grande fue, por tanto, la paciencia de Cristo en la Cruz. «Con paciencia corramos nosotros a la lucha que se nos presenta, poniendo los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe, el cual, en lugar del gozo que se le ofrecía, soportó la cruz sin miedo a la deshonra» (Heb 12,1?2).
Exposición del símbolo de los apóstoles. Capítulo 4