La oración, obra del Espíritu Santo

1852

«No penséis, hijas mías, que la oración sea obra del espíritu humano, es un don especial del Espíritu Santo, que eleva las potencias del alma sobre las fuerzas naturales, para unirse a Dios por sentimientos y comunicaciones de que son incapaces el raciocinio y la sabiduría de los hombres.- Los caminos por los cuales conduce El a las almas santas en este ejercicio (que es, sin duda alguna, el ejercicio más divino de una criatura razonable) son sorprendentes en su variedad y dignos de toda loa, pues nos llevan a Dios y bajo su guía; pero no debemos inquietarnos por seguirlos todos, ni siquiera escoger alguno según nuestro propio parecer; lo que importa es reconocer el efecto de la gracia en nosotros, y serle fieles» (Resumen del espíritu interior de las religiosas de la Visitación, explicado por San Francisco de Sales y recogido por Mons. Maupas).