Con cuatro tentaciones peligrosas suelen principalmente asaltarnos nuestros enemigos en la hora de la muerte. 1 Con dudas sobre las cosas de la fe. 2 Con pensamientos de desesperación. 3 Con pensamientos de vanagloria. 4 Con diversos géneros de ilusiones de que estos espíritus de las tinieblas, transformándose en ángeles de luz, se sirven para engañarnos.(El Combate Espiritual, Lorenzo Scupoli)