Segundo misterio gozoso. La visitación de la Virgen María a Santa Isabel.
«En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo. (…) María se quedó con ella por unos tres meses» (Lc 1,39-41.56)
Sigamos el ejemplo de María que va a casa de Isabel. Vayamos hacia los que queramos llevar a Dios, cumplamos el primer paso, hagámonos pequeños como ellos, en la caridad y en la igualdad cristiana, vayamos hacia ellos como hermanos, quienquiera que sea, a pesar de su indignidad, sus defectos y vicios, la ignorancia y grosería, la mala voluntad e ingratitud. (Tamanrasset, 7 de mayo de 1914)