El Espíritu Santo en el corazón

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Cuando el Espíritu Santo toma posesión en nuestro corazón, nos infunde consolación y paz, y nos lleva a sentirnos así como somos. O sea pequeños, con esa actitud –tan recomendada por Jesús en el Evangelio– de quien pone todas sus preocupaciones y sus expectativas en Dios y se siente envuelto y sostenido por su calor y su protección, ¡como un niño con su papá!

Audiencia 11 Junio 2014