Clama, hermanos, la divina Escritura diciéndonos: «Todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado». 2 Al decir esto nos muestra que toda exaltación es una forma de soberbia. 3 El Profeta indica que se guarda de ella diciendo: «Señor, ni mi corazón fue ambicioso ni mis ojos altaneros; no anduve buscando grandezas ni maravillas superiores a mí.» 4 Pero ¿qué sucederá? «Si no he tenido sentimientos humildes, y si mi alma se ha envanecido, Tú tratarás mi alma como a un niño que es apartado del pecho de su madre».
Regla