Puntos de meditación para el Domingo de la Divina Misericordia

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«A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:

II Domingo de Pascua – Domingo «in albis». De la Divina Misericordia

(Act 4, 32-35; Sal 117; I Juan 5, 1-6; Jn 20, 19-31)

Texto Evangélico

-«Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás:
-«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás:
-«¡Señor mío y Dios mío!»
Jesús le dijo:
_«¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.» 

Contexto

Observamos en las lecturas de hoy una coincidencia, que se refiere al hecho de creer, y a las consecuencias que se derivan de dar fe a los acontecimientos pascuales.
«Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios.» (I Jn 5,1)

«En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía.» (Act 4, 42)

Contemplación

La fe del Apóstol surge al palpar las heridas de Jesucristo resucitado. La fe en Jesús cambia la vida de los discípulos, es un nuevo nacimiento. Cuantos dan fe a los sucesos pascuales son criaturas nuevas. Donde hay llaga, hay luz; donde hay dolor, hay compasión; donde hay pecado, hay perdón; donde se dio la huída, hay retorno.
Por la fe se modifica la manera de vivir. El apóstol Santo Tomás vuelve al cenáculo, los creyentes forman comunidad y comunión, son solidarios, comparten los bienes.
La fe se sustenta en la resurrección de Jesucristo, y la avalan las Escrituras, el cambio de actitud de los discípulos y los efectos que se siguieron.

Misión

«Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
-Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidas».

Cristo resucitado entrega a la Iglesia el poder de perdonar. Hoy se celebra el domingo de la Divina misericordia. No dudes. Déjate curar en las heridas luminosas del Resucitado con el aceite del perdón. Da fe al regalo de Pascua.


Agradecemos esta aportación a Don Don Ángel Moreno de Buenafuente.

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