Señor, Dios todopoderoso, misericordioso y omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
expulsa de mí toda influencia de los espíritus malignos.
Padre, en el nombre de Cristo te pido que rompas toda cadena que los demonios tengan sobre mí.
Derrama sobre mí la preciosísima sangre de tu Hijo.
Que su sangre inmaculada y redentora quebrante toda atadura sobre mi cuerpo y mi mente.
Todo esto te lo pido por intercesión de la Santísima Virgen María.
San Miguel arcángel, intercede, ven en mi ayuda.