Oración de un anciano por sus descendientes

1858

Señor, ya se acerca el final de mi vida, tengo mucho más ayer que mañana;

Te agradezco mi pasado y en tus manos dejo el futuro,
Que se haga tu voluntad, ahora y siempre.

Tú me concediste la gracia de participar en la cadena de la vida: recibí de mis padres la vida que me regalaste e hice posible que otros recibieran ese don inestimable.

Hoy quiero pedirte por ellos, por mis hijos, por sus hijos, por los hijos de los hijos de mis hijos y por los que vendrán:

Permíteles gozar de la vida, como me lo concediste a mi,

Muéstrales tu amor de Padre, revélate a ellos misericordioso y comprensivo,
no tengas en cuenta sus faltas e imperfecciones,
sino la promesa que hiciste a nuestros antepasados
de sentarnos en tu Reino al final e los tiempos.

Dales la fuerza necesaria para vencer la tentación, que no les falte el pan de cada día, y que aprendan a perdonar a quienes los ofendan.

Enséñales a vivir en paz y sencillez y permíteles que vean a los hijos de sus hijos. Amén.