Señor Padre todopoderoso, te damos gracias por habernos dado estos hijos.
Es una alegría para nosotros, y las preocupaciones, temores y fatigas que nos cuestan, las aceptamos con serenidad.
Ayúdanos a amarlos sinceramente, a través nuestro has hecho surgir su vida; desde toda la eternidad tú los conocías y amabas.
Danos sabiduría para guiarlos, paciencia para instruirlos, vigilancia para acostumbrarlos al bien mediante nuestro ejemplo.
Fortalece nuestro amor para corregirlos y hacerlos más buenos.
¡Es tan difícil a veces comprenderlos!, ser como ellos nos desean, ayudarlos a hacer su camino!
Enséñanos tú, Padre bueno,
Por los méritos de Jesús, tu Hijo y nuestro Señor.
Amén.