V. Aleluya. El Espíritu del Señor llenó toda la tierra.
R. Aleluya. El Espíritu del Señor llenó toda la tierra.
V. Venid, cantemos jubilosos al Señor, cantemos gozosos a la roca de nuestra salvación.
R. Aleluya. El Espíritu del Señor llenó toda la tierra.
V. Porque Dios grande es el Señor, Rey grande sobre todos los dioses, que tiene en sus manos las profundidades de la tierra y suyas son también las cumbres de los montes.
R. Aleluya. El Espíritu del Señor llenó toda la tierra.
V. Suyo es el mar, pues Él lo hizo, suya es la tierra seca formada por sus manos. Venid, postrémonos en presencia de Él. Doblemos nuestra rodilla ante el Señor, nuestro Hacedor, porque Él es nuestro Dios, y nosotros el pueblo que Él apacienta, el rebaño que Él guía.
R. Aleluya. El Espíritu del Señor llenó toda la tierra.
V Llegado el día de Pentecostés, estaban reunidos todos los discípulos. Sobrevino repentinamente del cielo un ruido como de viento impetuoso que soplaba y llenó la casa donde estaban.
R. Aleluya. El Espíritu del Señor llenó toda la tierra.
V. El Espíritu del Señor llenó toda la tierra. Aleluya.
R. Y el que todo lo abarca tiene la ciencia de todo.
Oremos:
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén