“Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida”
“Los Angeles, además de llevar a Dios nuestras noticias, traen los auxilios de Dios en nuestras almas y las apacientan como buenos pastores, con comunicaciones dulces e inspiraciones divinas.
«Dios se vale de ellos para comunicarse con nosotros. Los ángeles nos defienden de todos los lobos que son los demonios, y nos amparan.”
“Los Angeles son los embajadores de Dios con los hombres y los embajadores de los hombres con Dios. No solamente son los ángeles de Dios, sino también los ángeles de los hombres.»
«Ángeles, es decir, enviados: son, pues, los ángeles de Dios porque él nos los envía para asistirnos; son los ángeles de los hombres, porque nosotros los volvemos a enviar para obtener su misericordia. Vienen a nosotros cargados con sus dones, Vuelven cargados con nuestros votos; desciende para conducirnos, suben para llevar a Dios nuestros deseos Y nuestras buenas obras.”
““A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos”. Estas palabras deben inspirarte una gran reverencia, deben infundirte una gran devoción y conferirte una gran confianza. Reverencia por la misma presencia de los ángeles, emoción por su benevolencia, confianza por su custodia. Porque ellos están presentes junto a ti, y lo están para tu bien. Están presentes para protegerte, lo están en beneficio tuyo. Y, aunque lo están porque Dios les ha dado este mandato, no por ello debemos dejar de estarles agradecidos, pues cumplen con tanto amor esta orden y nos ayudan en nuestras necesidades, que son tan grandes.”