5 Frases de la Cuaresma

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Comentario a la Liturgia, IV Domingo de Cuaresma, Ciclo C

“La Virgen María, que, después de compartir la pasión dolorosa de su Hijo divino, experimentó la alegría de la resurrección, nos acompañe en esta Cuaresma hacia el misterio de la Pascua, revelación suprema del amor de Dios.”

Frase de Benedicto XVI

 

“Iniciamos el camino de la Cuaresma, tiempo de escucha de la palabra de Dios, de oración y de penitencia. Son cuarenta días en los que la liturgia nos ayudará a revivir las fases destacadas del misterio de la salvación.”

Frase de Benedicto XVI

 

“La cruz es la revelación definitiva del amor y de la misericordia divina también para nosotros, hombres y mujeres de nuestra época, con demasiada frecuencia distraídos por preocupaciones e intereses terrenos y momentáneos. Dios es amor y su amor es el secreto de nuestra felicidad. Ahora bien, para entrar en este misterio de amor no hay otro camino que el de perdernos, entregarnos: el camino de la cruz. «Si alguno quiere venir en pos de mí —dice el Señor—, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» (Mc 8, 34).”

Frase de Benedicto XVI

 

“La Cuaresma es el tiempo espiritual propicio para entrenarse con mayor tenacidad en la búsqueda de Dios, abriendo el corazón a Cristo. San Agustín dijo una vez que nuestra vida es un ejercicio del deseo de acercarnos a Dios, de ser capaces de dejar entrar a Dios en nuestro ser. «Toda la vida del cristiano fervoroso — dice— es un santo deseo””

Frase de Benedicto XVI

 

“Del mismo modo que, al final del invierno, cuando vuelve la primavera, el navegante arrastra hasta el mar su nave, el soldado limpia sus armas y entrena su caballo para el combate, el agricultor afila la hoz, el peregrino fortalecido se dispone al largo viaje y el atleta se despoja de sus vestiduras y se prepara para la competición; así también nosotros, al inicio de este ayuno, casi al volver una primavera espiritual, limpiamos las armas como los soldados; afilamos la hoz como los agricultores; como los marineros disponemos la nave de nuestro espíritu para afrontar las olas de las pasiones absurdas; como peregrinos reanudamos el viaje hacia el cielo; y como atletas nos preparamos para la competición despojándonos de todo.”

Frase de San Juan Crisostomo