En la octava de la Solemnidad de Todos los santos es muy recomendable visitar el cementerio para rezar por los fieles difuntos, por los seres queridos que nos han dejado. Todo cementerio alberga algo de triste, pero también algo de esperanzador. Pasear por las lápidas, viendo las fotos de las personas, las inscripciones sobre las tumbas, las fechas de nacimiento y fallecimiento, las flores y otros objetos que la familia deja sobre la tumba, etc. nos ayuda a tomar conciencia de que un día nosotros también estaremos en ese lugar; que nuestra existencia aquí es sólo un peregrinar hacia la eternidad y que es ahí, en la eternidad, donde está la verdadera vida.
El contenido de este artículo puede ser reproducido total o parcialmente en internet siempre y cuando se cite su autor y fuente originales: www.la-oracion.com y no se haga con fines de lucro.