Comentario a la catequesis de Benedicto XVI sobre el salmo 136. Audiencia general 19 de octubre de 2011
El Santo Padre nos sigue ofreciendo Salmos que puedan ayudarnos a nuestra vida de oración. En esta última catequesis, siguiendo los trazos marcados en las anteriores audiencias, el Papa sigue insistiendo en la necesidad de hacer memoria de las cosas buenas que Dios ha hecho por nosotros.
Tu propia historia de salvación
El Salmo 136 es un salmo de acción de gracias por todas las intervenciones salvíficas que ha hecho Dios en favor de su pueblo a lo largo del Antiguo Testamento. Es un Salmo que Cristo mismo rezó en la última cena, dentro del tradicional rito de la pascual judía, poniendo además en contexto lo que iba a ser “la acción salvífica divina por excelencia”, entregar su propio Hijo para nuestra salvación.
¿Para qué sirve recordar el amor de Dios en el pasado? Nos responde el Papa: “la memoria se transforma en fuerza de la esperanza (…) la memoria abre, en la oscuridad de un día, de un tiempo, la esperanza hacia el futuro”
Cada uno tiene la propia historia de salvación. Tomemos este salmo, leámoslo atentamente… y después, al llegar al último versículo, hagamos el siguiente ejercicio mental… (y si es por escrito, tanto mejor): compongamos nuestro proprio salmo con las manifestaciones de amor que Dios ha tenido en nuestra vida personal. Escribamos nuestro “Gran Hallel personal”.
Lee aquí la catequesis del Papa Benedicto XVI del 19 de octubre de 2011.
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