Pregunta:
Querido Dan, recientemente decidí que iba empezar a rezar el rosario de manera regular y, como parte de ese compromiso, asisto semanalmente a mi parroquia para rezarlo con un grupo que ahí se reúne. Al principio estaba muy entusiasmado por estar asistiendo, pero he encontrado que la velocidad de su oración es muy acelerada…. ¡Rezan todo el rosario, junto con otras oraciones, en unos 10 minutos! No sé bien a bien cómo mantener ese paso.
¿Se puede realmente rezar a esa velocidad? ¿Tiene sentido esta oración si todo lo que estoy haciendo es tratar de mantener ese acelerado ritmo? Se supone que la oración es una conversación, pero ¡jamás he platicado con alguien a esta velocidad!
Respuesta: ¡Enhorabuena por este nuevo capítulo en tu vida de oración! No tengo duda que serás recompensado por este compromiso de muchas más maneras de las que puedes imaginar. La principal lucha que enfrentarás es la tentación de desaliento. No permitas que la frustración contigo mismo, o con los otros, impida sacar lo mejor de ti.
¿Qué es oración?
Dicho esto, pasemos a la pregunta tan importante que has hecho. El primer paso para contestarla es hacer otra pregunta: «¿Qué es oración?» La respuesta que da el Catecismo de la Iglesia Católica es muy simple y clara (2558): «… la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría…».
La oración es un viraje, una expresión del corazón a Dios. Esto se comprende mejor analizando lo que es la comunión entre las personas. Dios es una persona. Él se hizo carne para comunicarnos esta realidad. En el contexto de los seres humanos entendemos que la comunicación, el conectarse de verdad con el otro, requiere atención, tiempo y esfuerzo. Esto significa dejar de lado las demandas del mundo, nuestros trabajos, e incluso nuestros propios intereses, con el fin de dar lo que sea necesario para fomentar una verdadera relación con las demás.
También entendemos, intuitivamente, que existen ciertas normas para la comunicación interpersonal. Por ejemplo, sabemos que cuando una persona no hace ningún intento por comunicarse con otra, es posible que haya poco amor entre ellas, o es un amor inmaduro y egoísta. Por el contrario, sabemos que cuando dos personas van de la mano, se miran cara a cara y están totalmente absortas una en la otra, lo más probable es que exista un gran amor entre ellas. Lo mismo sucede en nuestra relación con Dios.
¿Podemos rezar de prisa?
Todo esto nos lleva a otra pregunta, «¿Puede la oración ferviente hacerse a toda prisa?» De hecho sí se puede. Sin embargo, si la prisa es lo habitual, entonces, lo más probable es que no exista una relación profunda. Sin embargo, si lo ordinario es orar con profundidad, y las ocasiones en que se hace con prisa son la excepción, es muy posible que nos encontremos ante una oración sana. Aún así, no hay que olvidar que las expresiones profundas de amor rara vez se presentan a través de las prisas. Si amamos verdadera y profundamente a otro, le damos nuestro tiempo, nuestra total atención y nuestro corazón.
El rosario y la vana repetición
La naturaleza de la oración vocal es muy difícil en este aspecto. Las buenas personas que van a tu grupo del rosario están volcando sus corazones en lo que puede ser una relación. Digo «puede ser» porque con la oración vocal existe la tentación de ceder a un enfoque unilateral de la relación y por lo tanto, permitir que se deteriore esencialmente en una no-relación. Lo vemos a nivel humano cuando estamos hablando con alguien y tratando de conectarnos con él, y el otro, pasándonos por alto, habla con alguien más o de plano ya ni nos escucha. Esto puede también suceder cuando tratamos de comunicar temas importantes «sobre la marcha». Este apresuramiento excesivo que puede resultar en «vana repetición», como Cristo la llamó en Mateo 6,7, ha sido un reto perene y constante en la Iglesia. El Catecismo trata el tema en la sección sobre oración vocal (2700-2704):
«Por medio de su Palabra, Dios habla al hombre. Por medio de palabras, mentales o vocales, nuestra oración toma cuerpo. Pero lo más importante es la presencia del corazón ante Aquel a quien hablamos en la oración: «Que nuestra oración se oiga no depende de la cantidad de palabras, sino del fervor de nuestras almas»».
Es «más importante que nuestro corazón esté presente ante Él» Esto es fundamental. ¿Pueden nuestros corazones estar presentes mientras corremos al lado de otros y les gritamos lo que queremos que escuchen? ¿Pueden nuestros corazones estar presentes con verdadero amor a los demás si estamos hablando mucho y escuchando poco? ¿Pueden nuestros corazones estar presentes si estamos apresurados tratando de avanzar en la comunicación, pero sin participar realmente en la esencia de la misma?
Cómo tratar con el grupo de oración rápida
Sospecho que todo esto está afirmando lo que tu corazón ya te está diciendo. Entonces, ¿qué hacer respecto al grupo? Si fuera tú, continuaría asistiendo a la parroquia, pero una vez que memorices los misterios y las demás oraciones y demuestres un compromiso constante hacia el grupo, después de meses de participación, apúntate para dirigir uno o todos los misterios de ese día. No los sermonees o les expreses tu frustración, por el contrario, gentil y pacientemente dirige el rosario. Mientras tanto, pasa buena parte del tiempo rezando por todos los corazones que están en esta situación (incluyendo el tuyo). La humildad es esencial en situaciones como ésta.
Cuando llegue tu turno, hazles saber que planeas utilizar el método recomendado por el Beato Juan Pablo II en su carta ROSARIUM VIRGINIS MARIAE (puedes incluso enviar esta carta, o algún resumen de la misma, al grupo unas semanas antes de cuando sea tu turno). En ella, el Santo Padre motiva a que el rezo del rosario no sea una «vana repetición» sino que sea mucho más meditativo y centrado en Cristo. La idea central es que se den varios elementos para la meditación y que la velocidad al rezarlo disminuya significativamente. Independientemente de si puedes implementar este modo de rezar en tu grupo, muy probablemente lo encontrarás muy enriquecedor para tu oración vocal privada.
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