El problema de siempre: “no tengo tiempo para rezar”

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Bien rápido los apóstoles se sintieron desbordados por sus ocupaciones diarias en la práctica de la caridad, viendo peligrar su vida de oración y anuncio de la Palabra. El binomio ora et labora nunca ha sido fácil. Ya Marta, la hermana de María, lo había experimentado. ¿Quién de nosotros no se topa con esta dificultad?: «Quisiera orar más en mi vida, ¿pero cuándo? Ya no encuentro el tiempo. No me da la vida»

 

La oración es el respiro del alma

El Papa subraya en su catequesis que la actividad por el prójimo tiene que estar penetrada interiormente por el espíritu de contemplación. Sin oración diaria, corremos el riesgo de vaciarnos interiormente y que nuestra actividad, si bien sea muy buena, nos deje insatisfechos. Un nadador puede tener mucha fuerza en las piernas y brazos y alcanzar velocidades vertiginosas en el agua, pero si no sale a respirar, no irá muy lejos. La oración es el respiro del alma, es el pulmón y lo que nos permite continuar adelante en nuestra labor caritativa.

Tratemos de buscar ese momento en el día para estar a solas con Dios y llenar nuestros «pulmones espirituales» del aire del Espíritu Santo. Veremos entonces como nuestra labor caritativa no nos vacía, sino que nos llena todavía más.

Aquí puedes leer completa la catequesis del Papa del 25 de abril de 2012

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