Frutos de la oración: humildad en ti y cercanía a los demás

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Después del paréntesis causado por el Encuentro Mundial de las Familias en Milán, el Santo Padre retoma el tema de la oración en San Pablo, comentando esta vez el capítulo 12 de la segunda carta a los Corintios. ¿Qué produce la oración en nosotros? Dos cosas: humildad y cercanía a los demás:

Humildad

La oración nos pone en contacto con el misterio de Dios, tremendum et fascinans. «Fascinante» porque atrae nuestro corazón hacia lo alto, y «tremendo» porque la verdadera oración nos desnuda ante la grandeza de Dios, experimentando así nuestra propia nada y debilidad. San Pablo, de hecho, de lo que se vanagloria no es de sus acciones, sino de su debilidad y de cómo Dios ha actuado a través de esa debilidad, transformándola en fuerza.

Cercanía a los demás

Afirma el Papa que la contemplación mística no ha alejado a San Pablo de la realidad, sino al contrario, le ha dado la fuerza de vivir cada día con Cristo y construir la Iglesia en este mundo. Le ha hecho más partícipe de los sucesos humanos y le ha permitido estar más presente entre sus hermanos para manifestar el amor de Dios.

Esto es lo que debe producir la oración en nosotros: humildad sustancial y caridad fraterna.

Aquí puedes leer la catequesis completa del Papa del 13 de junio de 2012


Autor: P. Francisco Armengol, L.C

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