Los dones del Espíritu Santo son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir las inspiraciones divinas. Son siete: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios (CCIC 389)
- La oración, camino hacia la perfección
- Santo Tomás de Aquino: el buey silencioso que iluminó a la Iglesia con sus mugidos
Vida
El benjamín de los condes de Aquino nació en 1224 ó 1225 en el castillo de Roccasecca, cerca de Nápoles. Su madre era descendiente de los jefes normandos que fundaron el Reino de las Dos Sicilias. Su padre, uno de los más poderosos señores feudales de Italia meridional. Ambos deseaban tener un hijo sacerdote, pero ninguno había perseverado en el convento. Su última esperanza era Tomás, que fue confiado a los monjes de Montecassino a los 6 seis años, para ver si con el tiempo sucedía al abad.
Cuando el emperador Federico II, en guerra contra el Papa, atacó Montecassino y dispersó a los monjes, Tomás tuvo que volver a casa. Sus padres lo mandaron a estudiar a la universidad de Nápoles, pensando en su futura carrera eclesiástica. Allí conoció a los dominicos. Estos habían abandonado el voto de estabilidad de los benedictinos y acudían, a la voz de sus superiores, a cualquier lugar de la Iglesia donde su presencia fuera útil. Nunca se movían con un gran séquito, sino más bien viajaban a pie, mendigaban su pan y vivían en las grandes ciudades, en contacto con el pueblo y las universidades. Tomás sintió la vocación e ingresó en la nueva Orden tras la muerte de su padre.
- Los dones del Espíritu Santo y la oración (3) La piedad
Para una buena oración ayudan mucho las actitudes del corazón. Una de estas actitudes es la del hijo, y es la que vamos a reflexionar ahora a la luz del don de la piedad.
¿Qué es un corazón filial? A veces uno encuentra almas de verdad "filiales". En la vida, significa una persona muy a gusto con sus papás, atenta, agradecida, considerada, "que se siente como en casa" junto a ellos. Por el contrario, entendemos lo triste que es carecer del buen corazón filial, el hijo malagradecido o sencillamente egoísta.
- Los dones del Espíritu Santo y la oración (4) La ciencia
"En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, ... »" (Lc 10, 21)
- El conocimiento de Dios bajo el influjo de los dones del Espíritu Santo