¿Cómo enseñar a los niños a rezar? (Adviento y Virgen de Guadalupe)

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Oración para encomendarse al santo ángel de la guarda

Acabo de estar unos días con mi familia y aprendí algo de una sobrina que tal vez les sirva como me sirvió a mí al ver cómo transmitía a sus hijos con tanta sencillez el amor a Jesús y a la Sma. Virgen. Las mamás tienen una capacidad pedagógica natural. Se les ocurren cantidad de formas ingeniosas para educar a sus hijos, también en la fe. Todos guardamos en la memoria los recursos que utilizó nuestra propia madre y hoy reconocemos su gran valor pedagógico. Así que estoy seguro de que ideas como ésta se cuentan por cientos. 

Oración de los niños a la Virgen de Guadalupe y en Adviento

El contexto de este sencillo acto de oración es el Adviento y la preparación para la fiesta de la Virgen de Guadalupe.

¿En qué consiste?

1. Los niños reciben una explicación de sus papás y de sus abuelitos de la posibilidad que tenemos de hablar con el Niño Dios y con la Virgen de Guadalupe. No son personas lejanas, sino muy cercanas, nos conocen personalmente y tenemos el privilegio de poder hablar con ellos.

2. Cada uno toma un papel y un lápiz y escribe un mensaje para la Santísima Virgen y para Jesús. Si no saben escribir, pueden hacerles un dibujo o los papás pueden escribirlo por sus hijos, juntamente con ellos. Por ejemplo:
Jesús: en mi casa te estamos esperando, ven pronto.
– Jesús mío, si en la navidad pasas frío, no te preocupes, yo te voy a acompañar.
– Virgen de Guadalupe: te queremos mucho.
– Virgen de Guadalupe: estoy muy contento porque mis papás me van a llevar a tu iglesia a visitarte.

3. Inflan globos y atan las cartas a los globos con un cordón. Se hace todo con calma, con detalle y con buenos materiales.

4. Los papás dicen a los niños que piensen en Jesús y en la Virgen de Guadalupe mientras recuerdan lo que les escribieron y sueltan sus globos.

5. Celebran en familia al ver los globos subiendo hacia el cielo hasta que se pierden.

Enseñanzas recibidas

No estaban todos mis hermanos (somos 13….) sino sólo algunos de ellos con sus hijos y sus nietos. Disfruté mucho el momento; después lo analicé y descubrí el gran valor de este recurso pedagógico. Evidencio algunas de las enseñanzas que encierra un acto tan sencillo como éste. No sé si mi sobrina pensó todo esto, pero le salió muy bien, pues cada detalle tiene un gran alcance.

1. La transmisión de la fe: los papás y los abuelitos explican a sus hijos y nietos lo que es la oración y cómo hacer oración:

a) Valiéndose del recurso de los globos que se elevan explican una de las definiciones clásicas de la oración: «Oración es la elevación de la mente a Dios para alabarle y pedirle las cosas convenientes para nuestra salvación eterna» (S. Tomás, sintetizando el pensamiento de S. Juan Damasceno)
b) Valiéndose del recurso de las cartas con sus propios mensajes y dibujos explican que la oración es una relación personal con Jesús y con la Virgen María.

2. Se tiene cuidado en introducir los niños a una oración natural, espontánea, cargada de afectos, donde lo que se busca es complacer y dar cariño a Jesús y a María y no sólo pedirle favores y regalos.

3. Se ayuda a los niños a experimentar el ambiente que debe rodear a un acto de oración, que va mucho más allá de «cumplir» un deber, hecho de prisas y de cualquier manera. Por el contrario, poniendo la fe y la diversión juntas, se enseña a los niños que la oración es un momento agradable, que debe hacerse con calma y con delicadeza.

4. Ayudan a los niños a hacer un acto de presencia de Dios y de María, invitándoles a pensar en ellos, a poner su fe en acto; evitando que se queden en la materialidad de lo que están haciendo (actos, rezos, etc.) y poniendo más bien el centro de la atención en la conexión de mente y voluntad con Jesús y María.

5. Hacen que intervenga toda la persona a través del gesto de escribir una carta y de elevar la mirada al cielo, imaginarse a Jesús y a María esperando que les llegue su carta para leerla, el amor que se pone en lo que se escribe, la fe con que se hace, la confianza en que les va a llegar, etc.

6. Se aprende el valor de la oración en familia y se celebra la fe en familia.

7. Los papás rezan…. Una de los grandes frutos de momentos como éste es que los papás que no acostumbran a rezar, rezan. Pasa lo mismo que en la primera comunión de sus hijos, en que tantos papás que se han enfriado en el ejercicio de su fe y la práctica de los sacramentos, son llevados por sus hijos a la confesión y la comunión.

Estas formas de transmitir la fe por parte de los papás y los catequistas dejan una huella profunda en el corazón y la mente de los niños.


Autor, P. Evaristo Sada L.C.(Síguelo en Facebook)

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